miércoles 10 de diciembre de 2025 07:38 am
Buscar
El aroma de la verdad te despertará cada mañana!
PATROCINADOR OFICIAL

El dolor y la indignación se mezclaron este lunes en Santiago de los Caballeros, donde familiares, amigos y vecinos despidieron a Noelbin Jeremías Cabrera Rubiera, un adolescente de solo 14 años cuya vida fue arrebatada violentamente por otro joven cuando salían del Politécnico en Santiago Oeste. El sepelio, cargado de llanto y preguntas sin respuesta, se convirtió en un clamor por justicia en un caso que, según denuncian los familiares, no ha recibido la atención debida por parte de las autoridades.

El crimen que conmocionó a Santiago: Tres estocadas que truncaron una vida

El viernes 29 de noviembre de 2025, Noelbin salía del politécnico junto a otros compañeros cuando, en un arrebato de violencia inexplicable, otro adolescente —cuyo nombre no ha sido revelado por las autoridades— lo apuñaló tres veces, causando heridas mortales. El agresor, que según testigos no tenía antecedentes de conflictos con Noelbin, huyó del lugar, dejando al joven desangrándose en la acera mientras sus compañeros intentaban auxiliarlo.

«Lo vi caer y no podía creerlo. Gritábamos pidiendo ayuda, pero ya no había nada que hacer», relató un compañero de Noelbin, quien aún no supera el shock. El adolescente fue trasladado de emergencia al Hospital Regional Universitario José María Cabral y Báez, donde los médicos no pudieron salvarle la vida.

El dolor de un padre: «¿Por qué no me llevaste a mí primero?»

El sepelio de Noelbin se convirtió en una escena desgarradora. José Ariel Cabrera, su padre, se derrumbó junto al ataúd de su hijo, gritando entre lágrimas: «Se llevaron un pedazo de mí. Mira a mi hijo, cómo lo están enterrando. ¿Qué voy a hacer ahora? Dios, ¿por qué eres tan injusto conmigo? ¿Por qué no me llevaste primero a mí?». Las palabras del padre, cargadas de dolor y desesperación, resonaron entre los presentes, muchos de los cuales también lloraban la pérdida de un joven descrito como «alegre, responsable y con un futuro prometedor».

Su madre, María Rubiera, no pudo asistir al sepelio debido al shock emocional que sufre desde el día del crimen. «Ella no ha podido hablar. Solo llora y pregunta por qué le pasó esto a su hijo», contó una tía del adolescente.

La indiferencia de las autoridades: «Volver el lunes, los departamentos están cerrados»

Lo que ha aumentado el dolor y la frustración de la familia es la falta de respuesta de las autoridades judiciales. El sábado 30 de noviembre, los familiares de Noelbin se presentaron en el Palacio de Justicia de Santiago para exigir avances en la investigación, pero se encontraron con una respuesta burocrática y fría: «Volver el lunes, los departamentos están cerrados».

«¿Cómo es posible que no haya nadie que nos atienda? ¡Mi hijo fue asesinado y no hay justicia! ¿Acaso su vida no vale nada?», cuestionó José Ariel, quien denunció que no se ha detenido al agresor ni se han tomado declaraciones clave para esclarecer el móvil del crimen.

«Esto es una falta de respeto. Las autoridades deberían estar trabajando las 24 horas en un caso como este, no diciendo que volvamos otro día», añadió un tío del adolescente, quien acompañó a la familia al Palacio de Justicia.

El agresor: ¿Un acto de violencia aleatoria o un conflicto no resuelto?

Hasta ahora, las autoridades no han revelado la identidad del agresor, un joven de 16 años que, según testigos, no tenía una relación previa de conflicto con Noelbin. Esto ha generado teorías y especulaciones en la comunidad:

  • Violencia aleatoria: Algunos creen que fue un acto impulsivo, posiblemente relacionado con problemas psicológicos o consumo de drogas por parte del agresor.
  • Conflicto no reportado: Otros sugieren que pudo haber habido un altercado previo en el politécnico que no trascendió.
  • Venganza por terceros: También se maneja la hipótesis de que el agresor actuó en representación de alguien más, aunque no hay pruebas que lo respalden.

«No entendemos por qué lo hizo. Noelbin no tenía problemas con nadie. Era un niño tranquilo, que solo quería estudiar y ayudar en la casa», dijo una vecina de la familia, quien conoció a Noelbin desde que era pequeño.

El impacto en la comunidad: Miedo y exigencia de justicia

La muerte de Noelbin ha conmocionado a Santiago Oeste, donde los vecinos exigen justicia y medidas para prevenir más violencia. «Esto no puede quedar impune. Si no hay consecuencias para el que hizo esto, cualquier otro joven puede pensar que puede matar y salir libre», advirtió Rafael Pérez, un líder comunitario del sector.

En el Politécnico donde estudiaba Noelbin, sus compañeros y profesores han organizado velorias y actos simbólicos en su memoria. «Era un estudiante ejemplar. Siempre sonreía y ayudaba a los demás. No merecía morir así», comentó una de sus profesoras, quien aún no supera el shock.

El sistema judicial dominicano bajo la lupa: ¿Falta de sensibilidad con las víctimas?

El caso de Noelbin ha reavivado las críticas al sistema judicial dominicano, acusado de lentitud, burocracia y falta de sensibilidad con las víctimas de violencia. «Es inaceptable que una familia que acaba de perder a un hijo tenga que esperar días para que le den atención», declaró Juan Méndez, un abogado de derechos humanos.

Según datos de la Procuraduría General de la República, en 2025, solo el 30% de los casos de homicidios en el país han sido resueltos, una cifra que refleja la ineficacia del sistema para garantizar justicia. «Los casos de jóvenes como Noelbin suelen quedar en el olvido. Las autoridades no les dan prioridad», denunció Méndez.

¿Qué sigue? La familia exige justicia y el agresor sigue libre

Mientras la familia de Noelbin llora su pérdida, el agresor sigue en libertad, sin que las autoridades hayan emitido una orden de captura o dado explicaciones claras sobre el avance de la investigación.

«No vamos a descansar hasta que haya justicia. Mi hijo no puede quedar en el olvido», juró José Ariel, quien, junto a otros familiares, ha prometido no dejar el caso hasta que se haga justicia.

La comunidad de Santiago Oeste también se ha movilizado, exigiendo que las autoridades actúen con celeridad y que se implementen medidas de seguridad en los alrededores de los centros educativos para evitar más tragedias.

Un llamado a la reflexión: Violencia juvenil y falta de oportunidades

El asesinato de Noelbin también ha reabierto el debate sobre la violencia juvenil en República Dominicana, donde la falta de oportunidades, la pobreza y la desintegración familiar son factores que contribuyen a que jóvenes recurran a la violencia.

«Este no es solo un caso de un crimen, es un reflejo de una sociedad que no está dando oportunidades a sus jóvenes. Necesitamos más educación, más empleo y menos impunidad», señaló Laura Hernández, una psicóloga que trabaja con adolescentes en riesgo.

Organizaciones de derechos humanos y prevención de la violencia han hecho un llamado a las autoridades para que refuercen los programas de intervención temprana en escuelas y comunidades, con el objetivo de evitar que más jóvenes caigan en la violencia.

El último adiós: Entre lágrimas y promesas de justicia

El sepelio de Noelbin fue un acto cargado de emoción. Sus compañeros de clase llevaron globos blancos y flores, símbolos de paz y pureza, mientras cantaban canciones que le gustaban al adolescente. «Noelbin, descansa en paz. Nunca te olvidaremos», se leía en una de las pancartas que portaban sus amigos.

Su padre, con la voz quebrada por el llanto, prometió que no descansará hasta ver justicia. «Mi hijo no merecía morir así. Exijo que atrapen al que le quitó la vida y que paguen por lo que hicieron», dijo, mientras el ataúd de Noelbin era bajado a la tierra.

Un caso que no puede quedar en el olvido

La muerte de Noelbin no es solo una tragedia familiar, sino un símbolo de los fallos de un sistema que no protege a sus jóvenes. Mientras su familia llora su pérdida, la sociedad dominicana exige respuestas y un cambio real para evitar que más vidas sean truncadas por la violencia.

«Noelbin era el futuro. Ahora solo nos queda el dolor y la lucha por justicia», dijo un amigo del adolescente, mientras el sol se ponía sobre el cementerio de Santiago, dejando atrás otro día de dolor e impunidad.


Descubre más desde Periódico La Taza

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *