Periódico La Taza.
Santo Domingo, República Dominicana – 21 de abril de 2025. – El Instituto Nacional de Bienestar Estudiantil (INABIE) vuelve a estar en el ojo del huracán, tras revelaciones de serias irregularidades, supuestos actos de corrupción, tráfico de influencias y escándalos personales entre altos funcionarios del programa de alimentación escolar.
La Dirección de Gestión Alimentaria estaría entregando de forma apresurada raciones de almuerzo escolar que no se habían distribuido anteriormente, a pesar de que estaban contempladas en el presupuesto. Estas entregas masivas se realizan justo después de diversas denuncias, y existe preocupación por la transparencia en las nuevas licitaciones.
Funcionarios bajo sospecha y conflictos de intereses.
Entre los señalados en la estructura operativa del INABIE figuran Osvaldo Liria, Víctor Luis Santiago, Castalia Caraballo y Cristina Méndez, quienes forman parte del equipo responsable de gestionar las raciones alimenticias. Estos actores habrían manejado adjudicaciones sin controles adecuados, favoreciendo a suplidores con vínculos personales y políticos.
Osvaldo Liria, con rango militar, ha sido acusado de cancelar personal sin justificación, realizar negociaciones fuera de horario y mantener relaciones sentimentales con suplidoras beneficiadas con contratos, incluyendo una en Bonao con quien también habría realizado negocios de finca.
Víctor Luis Santiago, encargado de Operaciones, participa en la validación de centros adjudicados sin confirmar cumplimiento.
Castalia Caraballo, de Seguimiento, es señalada por ajustar matrículas a conveniencia y tener familiares beneficiarios del programa.
Cristina Méndez, en Compras, habría facilitado aprobaciones sin inspecciones adecuadas.
También se mencionan a Jessica Jiménez, excoordinadora del departamento.
Anny Casado, directora de Recursos Humanos conocida internamente como “la número uno.
Rosanna Alberto, nueva directora jurídica tras la renuncia de Dányela Ramírez; Pamela Toma, responsable de los contratos; y Martina de la Cruz Pinales, quien selecciona a los notarios.
Todos los procesos se realizarían bajo la supervisión y conocimiento del director general del INABIE, Víctor Castro, a quien el presidente de la República le habría extendido su permanencia por dos años más, pese a los señalamientos.
Manipulación de suplidores y deficiencia en las raciones
Varios suplidores supuestamente favorecidos no cumplen con los estándares mínimos del programa: no entregan frutas, la calidad de la comida es deficiente, y existen múltiples denuncias diarias. Se ha detectado una red de promotores provinciales que no fiscalizan adecuadamente a los suplidores, y que supuestamente reciben sobornos a cambio de su silencio.
El programa también ha sido infiltrado por figuras del medio artístico y político. Por ejemplo, el compañero Chedy García estaría beneficiado con una cocina en Santo Domingo, con acceso privilegiado a las oficinas del director del INABIE, donde se le ha visto negociar contratos fuera del horario regular.
Otro caso relevante es el de los llamados “lecheros”, quienes se han convertido en una especie de “turpenes” (intermediarios todopoderosos), controlando parte importante del programa y manipulando precios y entregas.
Uso político y clientelismo dentro del INABIE
Se afirma que muchas personas entraron a trabajar a la institución por vínculos personales con Víctor Castro, incluyendo esposas de sus amigos de universidad. Tal es el caso de Castalia Caraballo y Cristina Méndez, cuyas parejas también estarían vinculadas a decisiones internas.
Además, las raciones del municipio de Dajabón están adjudicadas a la cónsul de Haití, y su esposo supuestamente frecuenta la oficina de Gestión Alimentaria del INABIE como si fuera propia, incluso realizando reuniones informales donde se dice que se “toman vino mientras
hacen negocios”.
Silencio institucional y presiones internas
Muchos empleados temen represalias. Varios han sido removidos o amenazados por denunciar estas irregularidades. Se menciona que Liria presiona al personal e incluso a su secretaria, quien lo encubre por temor.
Mientras tanto, las autoridades aún no han iniciado investigaciones formales, y las raciones siguen repartiéndose con rapidez, sin garantizar el cumplimiento de los procesos de fiscalización y calidad.
Llamado urgente a las autoridades y al presidente Abinader.
Este entramado de corrupción, tráfico de influencias y escándalos personales no solo pone en riesgo la alimentación de miles de estudiantes dominicanos, sino también la credibilidad del gobierno.
Se hace un llamado urgente al presidente Luis Abinader, a la Dirección General de Ética e Integridad Gubernamental, a la Contraloría General de la República y al Ministerio Público para que se investigue a fondo.
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