La salud mental de los empleados es una preocupación creciente en el entorno laboral. Las condiciones que generan estrés, desmotivación y conflictos, como una cultura corporativa tóxica, afectan tanto la productividad como el bienestar emocional de los trabajadores.
Según los informes Health Trends 2024 y People Risk 2024, y un estudio reciente de Mercer Marsh Beneficios, aunque el 66% de las empresas en Latinoamérica y el Caribe tienen programas de bienestar emocional, solo el 52% ofrece formación adecuada en estas áreas. Esta desconexión resalta la necesidad de un compromiso más auténtico y estructural.
El acceso a servicios de salud mental sigue siendo un desafío importante. El 56% de los aseguradores en la región no cubre la salud mental de niños, adolescentes y familias, mientras que el 42% no ha ajustado deducibles y copagos para mitigar los efectos de la inflación. Estas barreras económicas dificultan el acceso a tratamientos necesarios, impactando la productividad y la retención del talento.
“Aunque muchas empresas han implementado programas de salud mental, como talleres de mindfulness o charlas de motivación, estas iniciativas no son suficientes si la cultura laboral sigue promoviendo la sobrecarga de trabajo. Deben ser parte de un enfoque más amplio y sostenido”, comentó Ariel Almánzar, líder regional de Workforce Health para Latinoamérica y el Caribe en Mercer Marsh Beneficios.