miércoles 7 de mayo de 2025 13:24 pm
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El programa SLS, concebido como la gran apuesta pública para regresar a la Luna, ha sido cancelado tras más de una década de desarrollo, miles de millones invertidos y escasos avances.

El espacio parece hoy un lugar todavía más difícil de explorar tras conocer los recortes que la Administración de Trump planea para la NASA y los programas espaciales de Estados Unidos. Algunos de estos planes ya habían sido adjudicados por el candidato a futuro administrador de la NASA, Jared Isaacman, pero el pasado viernes se confirmaron muchos de ellos.

El mayor de los cambios tendrá que ver con el megacohete de Boeing. El Space Launch System (SLS), fabricado exclusivamente para la NASA y cuyo desarrollo comenzó oficialmente en 2011, tiene los días contados. El presupuesto del año fiscal 2026 establece que el cohete del fabricante de aviones se cancelará después de la misión Artemis III.

Y no es todo: la cápsula Orion, diseñada y manufacturada por Lockheed Martin, correrá la misma suerte. El Space Launch System (SLS), fabricado exclusivamente para la NASA y cuyo desarrollo comenzó oficialmente en 2011, tiene los días contados. El presupuesto del año fiscal 2026 establece que el cohete del fabricante de aviones se cancelará después de la misión Artemis III.

La tercera víctima mortal de la tijera de Trump será, inevitablemente, la estación lunar Gateway, que iba a ser desarrollada junto a socios internacionales para apoyar futuras misiones con el SLS y Orion.

En total, la propuesta económica para el año fiscal 2026 otorga que el cohete de fabricación de aviones se cancelará después de la misión Artemis III, el cual que tiene como objetivo devolver a la humanidad a la Luna.

4.000 millones de dólares por lanzamiento Trump considera que el cohete SLS y la cápsula Orion son “extremadamente costosos”. No le falta razón: Solo el SLS cuesta 4.000 millones de dólares por lanzamiento y ha superado el presupuesto en un 140%.

Esto sin contar los constantes retrasos que ha vivido este sistema de lanzamiento, cuyo primer vuelo no tripulado comenzó oficialmente en noviembre de 2022 como parte de la misión no tripulada Artemis I, unos cinco años después de lo inicialmente programado.

Durante la pandemia, los consumidores optaron por usar otras aplicaciones, como Zoom, para realizar videoconferencias, en vez de Skype.

La aplicación de mensajería que hoy se despide nació el 29 de agosto de 2003 en Tallín (Estonia), pero su andadura con Microsoft comenzó en 2011, cuando la compró por 8.500 millones de dólares.

“Hemos aprendido mucho de Skype a lo largo de los años (y esa información) la hemos aplicado a Teams a medida que hemos evolucionado los equipos en los últimos siete u ocho años”, dijo Jeff Teper, presidente de aplicaciones y plataformas colaborativas de Microsoft 365, en una entrevista con CNBC. Pero añadió: “Sentimos que ahora es el momento porque podemos ser más simples para el mercado, para nuestra base de clientes, y podemos ofrecer más innovación más rápido, simplemente concentrándonos en Teams”.

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